Metaverso: Bienvenida la web 3.0

PhD (c). Alejandro Mier Uribe
CEO Target Publicidad

A finales del año pasado, vi los videos que presentó Mark Zuckerberg acerca de su nueva empresa Meta y del concepto de Metaverso. En seguida escribí mi artículo titulado “Invirtiendo en el METAverso de Zuckerberg” y, desde luego, amigos, clientes y lectores me preguntaron acerca de él a lo que respondí con la escasa información que existía. Posteriormente, hace tan solo unas semanas, presencié el “Metaverso & NFT’s Marketing summit” organizado por Katedra, y tras escuchar alrededor de diez ponencias de expertos en el tema, de plano me espanté porque en mi artículo –derivado del video de Zuckerberg–, deduje erroneamente que Metaverso era propiedad exclusiva de él. Febril, me di a la tarea de escribir este nuevo artículo con la aclaración y ¿qué les cuento? Busqué en Google y me encuentro con una infinidad de medios tan importantes como El País, CNN, La Vanguardia, el Heraldo, abc, Letras Libres, etc., etc., que también lo interpretaron de manera muy similar. Respiré un poco aliviado al ver que no era el único “engañado” por el confuso mensaje de la presentación de Meta, mas, siendo honesto, fue fácil caer en ese juego porque Zuckerberg sí esta creando un metaverso, solo que hay muchas empresas más creando sus propios metaversos, es decir, habrá, valga la redundancia, un universo de metaversos. 

Bien, como ya lo hemos dicho, en los metaversos, a través de nuestros avatares, los humanos podremos interactuar social y económicamente en un ciber espacio compuesto de entornos que emulan el mundo real, pero sin limitaciones. Las posibilidades son infinitas; podemos viajar en el tiempo, al lugar que querramos, diversos universos. Todo ello siendo como mejor nos plazca ya que nuestro avatar (identidad virtual adaptada a tu gusto) nosotros mismos lo creamos a imagen y semejanza… ¡de quien nos venga en gana! Agreguemos que en estos universos no existirán las reglas convencionales ni estarán regulados por gobiernos, ni siquiera los bancos o formas tradicionales de intercambio, sino a través de una economía virtual de criptomonedas, libre de impuestos, de costo por cambios de moneda o cargos por manejos bancarios. 

Lo más relevante es que estamos despidiendo la web 2.0 para dar entrada a la 3.0. Es la nueva generación del internet. Un internet totalmente inmersivo, con ambientes tridimensionales en el cual el usuario percibe a través de estímulos sensoriales. La experiencia será tan rica, tan abasalladora, que no será de extrañar que los mortales prefieran estar en “esa realidad” más que en ésta que cada vez nos gusta menos por su violencia, virus, guerras, narcotráfico, asesinatos, contaminación, racismo… bajo este terrible ambiente nuestro de cada día, suena lógico desear ser fagocitado por el nuevo universo, ¿cierto?

El metaverso es la fusión del mundo físico con el virtual, un lugar de posibilidades infinitas en el que exploraremos experiencias diferentes; como diría el Dr. Estanislao Bachrach “¿Sabías que a tu cerebro no le importa si algo es realidad o fantasía? En efecto, solo le importa y hace caso a lo que vos creés.” ¡Uff! Suena como una gran droga: te desconectas del mundo, de tus problemas reales, te metes en el personaje que deseas ser, entras a un viaje en el que no existen las reglas convencionales, que además tú eliges, dominas y puedes disfrutar a tu completo gusto y satisfacción. Órale.

La agencia de publicidad Wunderman Thompson llevó a cabo la primera reunión creativa en metaverso; el Manchester City construirá el primer estadio de fútbol; en el pasado Súper Bowl se pudo asistir a un bar dentro de un metaverso; Nike y Disney lanzaron vacantes para el metaverso; Prada, Adidas, Gucci y decenas de marcas más ya han incursionado… para ser algo virtual, vaya que suena demasiado real, tanto que de ningún modo podemos quedarnos al margen… Avatar ¡allá te voy! 

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